sábado, 19 de octubre de 2013

La Puerta de Tannhäuser

Las exploraciones tripuladas de los vecinos Venus y Marte tuvieron su auge durante la primera década del siglo XXI, cuando la tecnología del túnel de curvatura se desarrolló por completo, la cual permitió reducir la duración de los viajes interplanetarios. En pocas palabras, al curvar el espacio-tiempo existente entre el origen y el destino, se consigue que ambos puntos queden más cerca y una nave no tiene más que atravesar el túnel así abierto entre ambos lugares. El factor de curvatura determina el tiempo que se va a emplear en el trayecto, ya que cuanto mayor es el factor menor es la distancia a recorrer por el túnel y, consecuentemente, el tiempo necesario para llegar al destino. De esta forma, un viaje de varios meses de duración se reduce a unas pocas horas e incluso minutos.

El primer túnel que se construyó permitió alcanzar la órbita de Venus en 28 minutos desde su entrada situada en órbita geoestacionaria. Debido a la casi "inmediatez" del viaje, en comparación con los cinco meses de media que duraban los vuelos tradicionales, dicha entrada fue bautizada como la Puerta de Tannhäuser. Porque, según la leyenda tradicional alemana, el caballero Tannhäuser fue transportado del reino de la diosa Venus al mundo real de forma instantánea y regresó junto a la diosa de igual manera.


Hoy en día, la Puerta de Tannhäuser es la entrada a tres túneles que llevan respectivamente a las órbitas de Venus, Marte y Urano. Yo nunca he viajado a través de un túnel de curvatura. Muy poca gente lo ha hecho, sólo exploradores de los nuevos mundos, fuerzas militares de misión en el exterior y mano de obra especializada para trabajos en esos planetas. La verdad es que me gustaría saber qué se experimenta dentro del túnel. Roy describe con bastante detalle su viaje de regreso desde Urano. Él pudo ver los rayos de c-quarks que forman las paredes del túnel, o al menos eso cuenta. No creo que los c-quarks sean visibles a los ojos humanos. Aunque, en ausencia de gravedad, quizá sí pueda sentirse su fuerza.

lunes, 14 de octubre de 2013

La amenaza replicante

La emigración de la clase media trabajadora de las grandes ciudades hacia las colonias del borde exterior fue multitudinaria. Un estatus social venido a menos pasaba a ser, unos millones de kilómetros más allá, la élite. Pero esta emigración tuvo una consecuencia inesperada. Se produjo un descenso muy importante de la población humana en activo; es decir, disminuyó el número de trabajadores disponibles. Tyrell Corporation aprovechó la oportunidad para poner en circulación centenares de unidades biomecánicas similares en apariencia a los humanos, que llamó replicantes. Fueron útiles durante un tiempo, cumpliendo su papel en la industria y los servicios. Además, sus ventajas eran considerables en comparación con los humanos que reemplazaban: eran más eficientes y no requerían retribución. Así pues, a pesar de su elevado coste, la adquisición de un replicante llegó a ser una gran inversión para las grandes empresas.

En las ciudades, la población replicante llegó a ser muy numerosa. En L.A. superó el 40% de sus habitantes. Alguien en el Gobierno evaluó el riesgo de seguridad que esto suponía, pero el negocio estaba en plena ebullición y Tyrell no cejó en su empeño por fabricar unidades de mano de obra eficiente, que salían al mercado cada vez a un precio más competitivo. El modelo Nexus-4, dotado de una inteligencia artificial capaz de dar soluciones nuevas a problemas nuevos,  fue todo un éxito.


Pero pronto aparecieron los primeros problemas. La inteligencia artificial aportaba a los Nexus-4 ciertos grados de libertad de acción. Llegado el momento de la madurez, estas unidades empezaban a tomar decisiones por sí mismas, que en algunos casos producían perjuicios a su propietario. Al principio, el daño era sólo económico, pero hubo en La Florida un caso famoso de violencia física. A partir de este incidente, los replicantes fueron acechados, y ante el menor signo de quebranto o una simple sospecha, retirados. Tyrell perfeccionó sus productos. La versión 5 incorporó mejora continua del comportamiento y un límite temporal vital de cuatro años. Pero antes de la aparición de la renovada versión 6, llamada a ser el individuo artificial perfecto, los replicantes fueron declarados proscritos. El Gobierno, ante las dudas, y después de dos incidentes violentos más, ordenó el exilio forzoso de toda criatura biomecánica a las colonias, fuera cual fuera su versión, bajo pena de retiro.

Esto supuso solamente desviar el problema al borde exterior. La amenaza replicante se materializó en las colonias, primero en Urano IV y V, y más tarde en las bases de Marte y Luna. Tras violentos disturbios en estos lugares, respondidos con contundencia por las Fuerzas Militares en el exterior, los replicantes fueron considerados ilegales en la Tierra y estaba prohibido su regreso. A pesar de estas medidas, algunos consiguieron regresar. En L.A., el Departamento de Policía creó una unidad especial encargada de perseguir y retirar a los que conseguían regresar. Yo fui uno de los perseguidores. El mejor.

domingo, 6 de octubre de 2013

La decadencia de las grandes ciudades

No termino de entender la añoranza de los colonos del borde exterior por su pasado terrestre. Por lo que recuerdo, la vida en la Tierra era tan miserable, sobre todo en las grandes ciudades, como para no sentir ningún tipo de nostalgia.

Tras haber esquilmado durante décadas los yacimientos de tantalio del Congo y Brasil, mi planeta de origen se vio abocado a una grave crisis económica a nivel mundial, debido a la dependencia que tenía la industria armamentística y tecnológica de dicho metal. Ya no podían fabricarse más dispositivos electrónicos como teléfonos móviles, ordenadores o sistemas de navegación y, a causa de la falta de recambios, los existentes ya no podían ser reparados.

A principios de la década del 2010 las grandes empresas, con la Tyrell Corporation a la cabeza, abandonaron la producción de tecnología y centraron su inversión en la entonces floreciente ingeniería genética. Se dio paso pues a la nueva era de la biotecnología.

En esta época, el ciudadano fue abandonando progresivamente el uso de los dispositivos electrónicos, debido a que sus piezas y componentes eran cada vez menos accesibles. Los pocos que aún funcionaban, sobre todo vehículos como los spinners y aparatos de comunicación, fueron requisados por los Gobiernos para el uso privativo de los Departamentos de Policía y de Salubridad y también para las Fuerzas Armadas en el exterior. En su lugar, sólo los más pudientes pudieron permitirse adquirir creaciones biomecánicas, debido a su alto precio, y la vida de la mayoría de la población cambió por completo, al carecer de la ayuda tecnológica que años atrás hacían más fácil las actividades cotidianas.

Comenzó una época de decadencia, sobre todo en las grandes ciudades, en la que una clase media que floreció durante 25 años, desde 1980, con la llamada "burbuja tecnológica" se vio cada vez más empobrecida. Así, para la mayoría de la población, volvieron usos y costumbres casi olvidados como los desplazamientos a pie, el correo postal, las cabinas telefónicas, la caldera de carbón y un largo etcétera.


Tras explorar sin éxito los vecinos Venus y Marte en busca de recursos minerales, un rayo de esperanza apareció, a finales de 2015, con el descubrimiento de grandes bloques de tantalio en los núcleos de los satélites Urano IV y V. Rápidamente, se organizaron numerosas expediciones a ese sistema con el objeto de localizar y explotar los yacimientos. El mayor filón se descubrió bajo el hombro de Oberón, sector que fue bautizado como Próspero. La existencia de agua en forma de hielo en el manto del satélite facilitó enormemente los asentamientos de colonos, que se ubicaron principalmente en el fondo del cañón Mommur Chasma, bien protegidos de su inestable atmósfera. En Titania también se construyeron colonias, favorecidas por la presencia de hielo de agua y por su atmósfera más tenue y soportable. Su gran cañón Messina Chasma permitió, en este caso, un acceso más fácil a las vetas.

Así pues, la mayoría de la clase media urbanita emigró a estos confines del sistema solar, lejos de la decadente Tierra. La despoblación de las ciudades dejó como consecuencia una gran cantidad de edificios deshabitados y también de vehículos y animales de compañía abandonados en las calles. Lugares odiosos, a los que no pienso volver nunca más.